Entre montañas, neblina y calles empedradas, Tetela de Ocampo ofrece una experiencia serena y auténtica. Este Pueblo Mágico ubicado en la Sierra Norte de Puebla es perfecto para quienes buscan desconectarse del ritmo urbano, respirar aire fresco y dejarse sorprender por la historia local. Visita el Museo de los Tres Juanes, que honra a personajes clave en la defensa del país durante la intervención francesa, recorre la Parroquia de Santa María de la Asunción y pasea por sus senderos naturales.
A solo un par de horas de la capital, Mineral del Chico es una joya escondida para los amantes del bosque, la aventura y el silencio. Este pueblo rodeado por el Parque Nacional El Chico es ideal para practicar senderismo, escalar, lanzarte en tirolesa o simplemente caminar entre pinos. Su centro conserva el encanto de un pueblo de montaña: techos de teja, pan artesanal, cafés pequeños y gente amable.
Colorido, accesible y lleno de sabor, Bernal se ha ganado su lugar como una de las escapadas favoritas en el Bajío. Su monolito, la Peña de Bernal, es uno de los más grandes del mundo y el escenario ideal para una caminata ligera (o una gran foto). Además de su oferta gastronómica –que incluye las famosas gorditas de maíz quebrado–, el pueblo tiene tiendas de artesanías, galerías y rincones ideales para descansar con vista.
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