Terrícola: una extensión culinaria de la Tierra

Enclavado entre la Sierra Madre y el océano Pacífico, Hotel Terrestre redefine el lujo a través de la sencillez y la sustentabilidad. Concebido por el arquitecto Alberto Kalach, este santuario en Puerto Escondido ofrece una experiencia de reconexión con la tierra, desde su cocina de producto local en el restaurante Terrícola, hasta sus villas minimalistas construidas con materiales naturales.

Hotel Terrestre
Por Lolique Lorente
1 de octubre 2025

En perfecta sintonía con la filosofía del Hotel Terrestre, la experiencia culinaria en Terrícola se basa en la simplicidad, la estacionalidad y un profundo respeto por la tierra. El restaurante, al aire libre, ofrece un menú de cuatro tiempos que cambia diariamente y es elaborado con productos locales e ingredientes regionales, mezclando sabores mexicanos y mediterráneos perfectamente integrados.

Cada plato es un tributo a la abundancia natural de Oaxaca, arraigado en la tradición, pero elevado con técnicas contemporáneas. El programa de bebidas refleja esta misma intención, con cocteles caseros refrescantes, una selección de vinos curada por expertos y una variedad de opciones sin alcohol diseñadas para complementar la cocina y el clima. 

COMPLEMENTO PARA EL DESCANSO

Más allá de su deliciosa cocina, los espacios comunes invitan al huésped a una conexión elemental. A relajarse en su spa hexagonal, sumergirse en las aguas meditativas del baño de inmersión, o visitar el hammam escultórico.

Y es que, pocos destinos evocan el espíritu de escape como lo hace Puerto Escondido, y pocos lugares lo reflejan con tanta simplicidad como Hotel Terrestre, ubicado entre la Sierra Madre y el océano Pacífico, es el refugio autosustentable de Grupo Habita que redefine lo que significa desconectarse de verdad.

ESTÉTICA MINIMALISTA

Concebido por el reconocido arquitecto Alberto Kalach y construido íntegramente con materiales locales, Terrestre fusiona tierra, ladrillo, madera y concreto en estructuras que se sienten tanto ancestrales como vanguardistas.

Además, cada una de las 14 villas es un refugio íntimo, con alberca privada, jardín, regadera al aire libre y terrazas que se extienden hacia el Pacífico. Puertas de madera con celosías y amplios ventanales disuelven la frontera entre interior y exterior. El mobiliario, hecho a la medida por el reconocido diseñador mexicano Óscar Hagerman, completa esta experiencia inmersiva.

Ya sea que busques un escape restaurativo, un refugio romántico o una reconexión profunda con la naturaleza, Terrestre ofrece un tipo de lujo poco común: el lujo del silencio.

Sobre el autor:
Lolique Lorente
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